CARTOGRAFÍA
DE UNA FIESTA
Fueron
variados los motivos.
Decidí
invitar a 6 amigos a la fiesta.
Llegaron
solos o acompañados. Casi todos solos.
Uno
de ellos no pudo venir. Se iba a otra fiesta en Ibiza.
Esperé
durante casi una hora. Llegué a la cima de mi recorrido, la estatua del Ángel
Caído y descansé comiéndome una manzana y mirando la gente pasar. Llegué a la
plaza del Reina y la recorrí. Me fijé en las fachadas que la circundaban, en
los niños que la habitaban, en las personas que hacían cola para entrar al
museo.
Hice
algunas observaciones que apunté en mi cuaderno marrón.
Al rato llegó Havi. Me preguntó: “eres
tú?”; me dio dos besos y un abrazo ligerísimo. Me regaló un librito, resumen de
una exposición. Me presentó a su amiga: Julia,
gaditana, estudiante de odontología. Llevaba una diadema con rosas azul marino,
las uñas pintadas de cian; tenía unos dientes perfectos. Juntos nos
dirigimos
al lugar donde habíamos quedado con la clase. De camino nos hicimos fotos. Havi saludó a un compañero al que solo conocía por facebook.
Llegamos a la plaza. Esperamos. La cola para entrar se iba haciendo más y
más larga. Saludábamos. Comentábamos. Yo estaba un poco fuera.
Se
abrieron las puertas y todos entramos. Lo primero que hicimos fue colocarnos
junto a la barra. Pedimos unas cervezas. Durante ese rato llegaron Álvaro y Claudia. Álvaro iba en
plan casual, Claudia, elegante como siempre.
Cuando
tuvimos las cervezas, nos dirigimos junto al escenario.
El
dj, Kalabrese, todavía no estaba en escena. A cambio un tipo afinaba otro
instrumento. Cuando comenzó la música, empezamos a bailar. Tímidamente
y luego cada vez más y más. La sala estaba llena, oscura, solo había luces
en la parte trasera y en el escenario.
Julia y Havi
desaparecieron durante un buen rato. Lo mismo pasó con Claudia. Yo me mantuve
allí, bailando, hasta que apareció Beatriz. Me dijo que quería hablar conmigo.
Salimos fuera. Me contó el suceso. Lo confundida que estaba, lo asustada y feliz al mismo
tiempo. Estuvimos charlando alrededor de una hora y media. El patio
se llenaba de más y más parejas de charlatanes,
de solitarios que miraban al infinito con una copa en la mano. Luego marchó a
casa corriendo.
Regresé
a la fiesta justo cuando ya había acabado. Havi me regañó. Esperaron para
que yo tomase fotos de la sala vacía. Luego fuimos a cenar al Melos: una
zapatilla y 4 croquetas. El camarero nos miraba, entre censor y tierno. Rellenó a Julia
una botella de agua, le dejamos propina.
Luego
cada uno a su casa. Casi todos lo hicimos andando. Yo y Álvaro intentamos atravesar el
Retiro. A punto de llegar a casa, tuvimos que dar la vuelta: la puerta
estaba cerrada. Volvimos al lugar donde habíamos entrado y decidimos recorrer
el perímetro del parque; mientras Álvaro me contaba el vacío que sentía ahora que
había acabado la carrera. Llegué a casa a eso de las 2 am. A las 2.30 me
fui a la cama.
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1. EVENT
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